Entrevista: Maycoll Falconi
Durante su reciente viaje al Perú, Leonardo Yánez, representante para América Latina de la Fundación Bernard van Leer de Holanda, conversó con el Blog Inversión en la Infancia sobre la situación de la primera infancia en nuestro país y las expectativas con el nuevo gobierno en este terreno. También se refirió al 4to Encuentro Nacional por la Primera Infancia, organizado por el Grupo Impulsor Inversión en la Infancia, que se llevará a cabo el 3 y 4 de octubre.
- En los últimos años, el Perú ha experimentado un proceso de crecimiento económico. ¿Hubo un vínculo entre este crecimiento económico y el desarrollo de la primera infancia?
- Sí, pero en el Perú todavía existen desafíos muy grandes para la primera infancia. Todavía es necesario articular políticas, identificar un ente coordinador único que pueda coordinar las acciones de todos los sectores y ver las soluciones que necesita la primera infancia…
- ¿Cuáles son las soluciones que necesita la primera infancia?
- Esas soluciones para la primera infancia van más allá del cuidado, salud, educación, va incluso a infraestructura, empleabilidad de las personas que los cuidan, toca todos los sectores. Cuando se atiende al niño más pequeño se tiene que tocar todos los sectores.
- ¿En el Perú se da ese enfoque integral para atender a la primera infancia?
- En ese sentido, en el Perú todavía falta un camino por recorrer. Definitivamente ha habido cambios positivos en la atención del niño en los últimos ocho años. Hace ocho años, antes que comience a funcionar el Grupo Impulsor Inversión en la Infancia, había poco interés por preocuparse de manera integral en los niños. Ha faltado la institucionalización de la atención a la primera infancia…
- ¿Por qué ha sucedido esto?
- Uno de los problemas más difíciles para el Perú es la territorialidad. Los programas se conciben, se estructuran, se forman en Lima. No son programas malos, porque tienen técnicos de primera en Lima, pero al esquema de gestión le falta la incorporación, el empoderamiento, la capacitación del nivel descentralizado. Se dice que en las regiones no tienen la capacidad para manejar estos programas, pero nunca la van a tener si no se le da la responsabilidad. Entonces, hay que darles la responsabilidad, hay que hacerles monitoreo y darles el apoyo técnico. Esas son todavía tareas pendientes.
- Volvamos a la pregunta inicial. ¿Cree que el crecimiento económico del Perú ha ido a la par con el desarrollo esperado de la primera infancia?
- Lamentablemente, no. Los estudios no dan esos resultados. Por ejemplo, las personas que están en situación de pobreza están sufriendo mucho, pero los estudios también reflejan que incluso a los sectores menos pobres están en peligro. Cuando se tienen resultados sobre educación que señalan que en el sector privado, que es el mejor, el 50 por ciento de los niños de segundo grado no entienden lo que leen y que un 70 por ciento no entiende las matemáticas, significa que las cosas no están bien. Y esto es peor en el sector público, que está muchísimo más abajo, y en sector rural es todavía mucho peor. Entonces, el desarrollo de la primera infancia no ha sido el esperado. Para el éxito económico que ha tenido el Perú, algo no está funcionando bien. Se habló del chorreo, pues no está chorreando, ni está goteando. Hay que hacer algo más.
- ¿Entonces, no se aprovechó el crecimiento económico?
- No puede ser que la desnutrición infantil esté en los altos niveles que está, eso no coincide con el desarrollo económico que ha tenido el país. El resultado de esto puede ser, y está siendo, que la gerencia de la riqueza van a tener que importarla, es decir van a tener que traer a los profesionales del extranjero, a los cerebros de otros países, para cubrir los trabajos de mayor nivel, porque el peruano no está teniendo la oportunidad de desarrollarse para administrar la riqueza que el país genera, para desarrollar los mercados internos. Eso en la parte de la economía…
- ¿Qué otros aspectos afectan a la infancia?
- Hay otra parte que alarma a la sociedad civil peruana: la ética, los niveles de violencia doméstica física o psicológica.
- En este contexto de desaceleración económica del Perú, ¿qué se podría esperar a favor de la primera infancia?
- En el momento que hubo la crisis económica en Estados Unidos, una de las decisiones más sabias que se tomó en ese país fue aumentar la inversión en la primera infancia. La inversión en la primera infancia no es que vaya a resolver en lo inmediato los problemas de la economía, pero con ella comienza un ciclo, una generación de ciudadanos que van, eventualmente, a alimentar el progreso. Si se ve a las personas no con una visión partidaria de corto plazo, sino con una visión a largo plazo, la inversión en la infancia es la mejor para crear una sociedad más inclusiva.
- Pero aún se mantiene el pensamiento de las autoridades de priorizar las obras de fierro y cemento…
- Claro, eso es cierto. Eso ocurre porque uno de los problemas a los que se enfrentan las autoridades es que cuando se gasta en infraestructura pueden conseguir fondos de estímulo al desarrollo, mientras que cuando gastamos en las personas que atienden a los niños es un gasto corriente, porque es un gasto en personal. Hay que buscar una solución a eso. Así como la infraestructura puede servir para edificar y crear las herramientas mínimas para la infancia, sin invertir en el componente humano esa infraestructura no sirve. Por ejemplo, cerca a Surinam se ve un enorme hospital que tiene todos los servicios necesarios, pero no tiene personal para atender ni personas que lo van a usar. Cuando se le pregunta a la autoridad sobre esta situación, dice que es más fácil construir un hospital que hacer un programa de visitas domiciliarias, porque con la construcción del hospital se recibe el estímulo monetario. Esa falla del mercado, de la norma, que no responde a una necesidad, tiene que ser revisada. Y eso es responsabilidad de todos los sectores. A veces la directiva dice que todo niño tiene derecho a entrar a un centro de cuidado, no, el niño tiene derecho a ser cuidado. Y la solución va a ser distinta en Apurímac, Ayacucho, Ucayali, es decir, se tiene que adecuar a las exigencias del país en busca de una solución que tenemos que encontrar. Un niño tiene que tener cuidado de calidad, sea el vecino, su familia o un centro el que lo cuida, pero cualquiera que sea la solución tiene que ser de calidad. La atención de calidad para los niños no es un misterio para el Perú, que tiene una experiencia sobrada en este tema.
- ¿El contexto político actual, teniendo en cuenta que acabamos de iniciar un nuevo gobierno, es favorable para darle impulso a la inversión para la primera infancia?
- Quiero pensar que sí, porque el arranque ha sido positivo. En esta visita al Perú, he tenido la oportunidad de entrevistar a personas que se vienen preocupando por la primera infancia, líderes de la sociedad civil, líderes empresariales de los cuales yo tenía la sensación que hacían mucha caridad pero les faltaba el toque estratégico, pero ahora me he sorprendido viendo que son más estratégicos en el tipo de inversión que hacen. Hay como una especie de despertar de la sociedad peruana en distintos sectores, que empiezan a ver que la inversión en la primera infancia es importante. Es interesante que gente de distintas tendencias empiecen a coincidir en que el niño pequeño es una prioridad en el Perú, independientemente del momento que está viviendo la economía, que ojalá vuelva a tener el ritmo de crecimiento de antes, pero con inclusión. Siento que este activismo es positivo para hacer las cosas. Veo como positivo que las nuevas autoridades están empezando a hacer ese reconocimiento (que el desarrollo de la primera infancia no ha sido el esperado) y que el chorreo y el goteo no está funcionando, eso es un buen paso. No se soluciona un problema que no se reconoce.
- ¿Cuáles son sus expectativas con este nuevo gobierno respecto a las políticas públicas a favor de la primera infancia?
- Espero que haya una claridad sobre cómo se puede concertar, coordinar las políticas para la infancia, ojalá se eleve a un nivel de poder la coordinación de las políticas a favor de la primera infancia. En una época en Ecuador tenían lo que llamaban los “superministros”, lo interesante era que podían coordinar lo que era el gasto en salud, en educación. No es crear una burocracia, es saber que hay una concertación y una articulación de cosas. Cuando uno habla de primera infancia todos los sectores deben tener impacto en el niño. Esa es la primera expectativa.
- ¿La segunda?
- Es crear un plan de atención. Es decir, vamos a mapear la situación de la infancia en el Perú, hay más información en el Perú de lo que uno se imagina. Muchos países envidiarían las bases de datos de información que existen en el Perú.
- ¿Qué otras cosas espera de este nuevo gobierno?
- Si esta administración pública tiene la claridad de gobernar para todos los peruanos y de incluir, escuchar, permitir el debate, la discusión social sobre las cosas que se hacen y cuando se hacen hacerlas inclusivas, la posibilidad de que las cosas que se hagan permanezcan en el tiempo son más grandes. Lo que nos pasa en América Latina es que a veces gobernamos para nuestros seguidores, hacemos cosas que pueden ser muy buenas, pero aquellos que son excluidos nos odian, por eso no aprecian lo que se está logrando, porque ven que es solo para algunos. Se tiene que trabajar con todos.
- El Perú ha suscrito los Objetivos del Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. ¿Se pueden concebir estos objetivos sin la priorización en la inversión en la primera infancia?
- Creo que no. Para resolver los problemas de la primera infancia hay que resolver muchos otros problemas, que también son prioritarios. Hay muchos problemas que tienen una solución integral. Por ejemplo, en la India se está trabajando un modelo de ciudades para la primera infancia, entonces vemos que hay una conciencia que este tema no se puede dejar afuera. Si se quiere tener una sociedad inclusiva, grande y sostenida, no se puede dejar afuera a la primera infancia, pero si se tiene un esquema de desarrollo donde solo se usan las materias primas para exportación, se seguirá manteniendo una economía de élite, teniendo una clase media pequeña. El costo de mantener un preso en el Perú es mucho más alto que el costo de un niño en una escuela, quizás si invertimos más en la escuela tendremos menos presos y nos sale más barato.
- Este gobierno se ha puesto la meta de eliminar la anemia y reducir la desnutrición infantil de 14 por ciento a 8 por ciento para el año 2021. ¿Cree que es posible lograr anemia y desnutrición cero al 2021?
- Ponerse una meta como esa es fundamental, es interesante, porque es una meta concreta. Siempre prefiero pensar en cero e intentarlo y no pensar en ocho por ciento. Se debe moralmente poner como meta anemia y desnutrición cero. Si uno se propone bajar la desnutrición infantil de 14 a 8 por ciento es hacer lo mismo que hemos venido haciendo hasta hoy. Se tiene que innovar un poco, hacer alianzas con organizaciones o el sector privado para dar las respuestas que hasta ahora no se nos ocurre. A veces lo que impide que se logre el objetivo no es que no se hace todo lo que corresponde, sino que nos enfrentamos a un problema de no comprender la cultura local, de no involucrarla. Si todo el diseño de las políticas queda en el nivel central es difícil que se entienda la realidad local. Es difícil que una persona que ha vivido solo en Lima y que cuando conoce el mundo lo conoce fuera del Perú, sepa que un agente comunitario de salud puede tardar hasta 12 horas en llegar a una comunidad donde hay 4 ó 5 niños.
- ¿Cómo analiza el papel que viene asumiendo la sociedad civil en los temas de infancia?
- Creo que la función de la sociedad civil, como exigibilidad, monitoreo, o dar apoyo técnico, es necesaria. Los gobiernos son necesarios, pero no se le puede dejar toda la responsabilidad de un país al gobierno. Los políticos son necesarios porque asumen una responsabilidad en la sociedad, pero la infancia y la familia, en una sociedad, son demasiada responsabilidad para un político. Todos tenemos que poner de nuestra parte. Espero que el Grupo Impulsor Inversión en la Infancia, gracias al liderazgo del padre Gastón Garatea, siga inspirando y siga atrayendo la voluntad de muchos para trabajar a favor de los niños, porque todas estas personas que son reconocidas le dedican su tiempo libre a los niños, es un voluntariado por la infancia del Perú, y espero que este ejemplo atraiga más voluntariado y que todo aquel que tiene interés en el Perú se sume. La mejor ayuda que se le puede dar a un gobierno es hacer seguimiento de lo que hace. Lo que a uno realmente lo ayuda es la crítica, lo digo porque he estado en un cargo de gobierno. El primer paso para superar los problemas que tenemos es reconocerlos, y el segundo es buscar ayuda para poderlos resolverlos.
- ¿Cuáles son sus expectativas sobre el Cuarto Encuentro Nacional por la Primera Infancia, que se llevará a cabo el 3 y 4 de octubre?
Tengo muchas expectativas, de hecho voy a venir como observador para aprender más. Espero que sea un momento no solo de reafirmación de un pacto por la infancia, sino también para renovar metas, objetivos comunes sobre la primera infancia en función del contexto actual. Mi expectativa es que va a hacer un buen foro, un buen Encuentro. La infancia es tan importante que hay espacio para todos. Espero que sea un foro más interesante y más relevante que los anteriores.
*Esta entrevista fue publicada en la Edición 167 (setiembre 2016) del Blog Inversión en la Infancia (www.inversionenlainfancia.net).